miércoles, 23 de octubre de 2013

En un mundo plagado de tantos diversos apegos, cuanto bien puede hacer a nuestra vida el hábito de la oración profunda, dedicar un espacio de cada día para la oración.

❥Meditando en el Camino❥.........

En un mundo plagado de tantos diversos apegos, cuanto bien puede hacer a nuestra vida el hábito de la oración profunda, dedicar un espacio de cada día para la oración, pero no esa oración automática, que se repite sin emoción, pues sólo es un montón de palabras meramente memorizadas, sino esa oración que sale desde lo más hondo de nuestra alma, con nuestra forma individual de expresarnos, dando riendas sueltas a todo aquello que deseamos expresarle a nuestro Dios.

Una vez incorporemos esa forma tan hermosa de orar, libre, espontanea , empezaremos a sentir que de verdad estamos estableciendo comunicación con Dios, y sentir una maravillosa sensación de inmenso bienestar interior que emana de la paz, .es simplemente, dejar fluir las palabras que nacen del corazón, que es donde viven los sentimientos. Nuestro Padre, en su momento, sabrá proporcionar lo que en verdad conviene para nuestra vida, y sobre todo para la evolución de nuestra alma.

Habrá quien diga que Dios no le escucha, porque sus peticiones no se hacen realidad. Un gran error. Simplemente si lo que se anhela no se logra, o no ocurre, es porque no convenía, porque era necesario que otros eventos sucedieran, la vida es un aprendizaje en el largo camino de la vida espiritual. Cuanto más nos desprendamos de peticiones egoístas, cuanto más pidamos por los demás, por aquellos que están sufriendo más o pasando por difíciles circunstancias y seamos capaces de incorporar el amor incondicional en la oración, más bendiciones recibiremos en nuestro carácter personal, porque si algo le agrada a Dios es un corazón caritativo y capaz de pensar en los demás que confía plenamente en que Él que es la expresión más grande y perfecta del amor y de la perfección, cuidará de nosotros y guiará nuestros pasos de la mejor manera posible

Cuando las intenciones de tus oraciones son por otros, estas mostrando una de las facetas más bellas del amor incondicional y sacas a la luz la belleza interior que posees, tu puedes regalar cosas materiales, ayudar económicamente a quien necesite de ti más cuando oras por esa persona especial y te olvidas de tus propias necesidades, estás mostrando una generosidad espiritual de gran potencia y la conexión con el Padre alcanza un nivel profundo que permite pasar a un nivel superior de oración porque entonces al desapegarte de tu ego y vivir en función de los demás se despiertan unos dones que hacen accesible la meditación profunda, una conexión mucho más intensa con seres de luz, con ángeles protectores y guías que han estado ahí silentes esperando a que llegue ese momento en que tu ser interior esta listo para vivir unas experiencias de comunicación espiritual a otro nivel que transforman la oración y te permitan trascender hacia la meditación profunda y no solo pedir sino también recibir.

Intenta pues, ir planteándote el pensar menos en ti a la hora de orar, y busca a tu alrededor quienes tienen unas situaciones específicas en su vida mucho más apremiantes que las tuyas y comienza a despertar esa necesidad de ayudar, invocando a Dios tu intención en favor de esa persona, y a tu vida comenzaran a llegar las bendiciones mas insospechadas y maravillosas que puedas imaginar, porque así trabaja Dios, en función de las energías del amor.

Namasté

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