viernes, 28 de diciembre de 2012

Hazme Sencilla, armoniosa, 

para hacer tu voluntad Dios mío.

Es imprescindible un poco de lucha... 

Las tormentas con sus truenos, relámpagos y tristezas, nos enriquecen tanto como la felicidad y la alegría.

Oí una parábola antigua.

Y debe ser muy antigua porque en aquellos días Dios acostumbraba a vivir en la tierra.

Un día un viejo campesino fue a verle y le dijo:

“‘Mira, tú debes ser Dios y debes haber creado el mundo, pero hay una cosa que tengo que

decirte: No eres un campesino, no conoces ni siquiera el ABC de la agricultura. Tienes algo que aprender”.

Dios dijo: ‘¿Cuál es tu consejo?’

El granjero dijo:’ Dame un año y déjame que las cosas se hagan como yo quiero y veamos que pasa. La pobreza no existirá más.’

Dios aceptó y le concedió al campesino un año. Naturalmente pidió lo mejor y solo lo mejor: ni tormentas, ni ventarrones, ni peligros para el grano. Todo confortable, cómodo y él era muy feliz. El trigo crecía altísimo. Cuando quería sol, había sol; cuando quería lluvia, había tanta lluvia como hiciera falta. Este año todo fue perfecto, matemáticamente perfecto.

El trigo crecía tan alto….que el granjero fue a ver a Dios y le dijo: ‘¡Mira! esta vez tendremos tanto grano que si la gente no trabaja en diez años, aún así tendremos comida suficiente’.

Pero cuando se recogieron los granos estaban vacíos.

El granjero se sorprendió. Le preguntó a Dios:’¿Qué pasó, qué error hubo?’.

Dios dijo:’ Como no hubo desafío, no hubo conflicto, ni fricción, como tú evitaste todo lo que era malo, el trigo se volvió impotente. Un poco de lucha es imprescindible. Las tormentas, los truenos, los relámpagos, son necesarios, porque sacuden el alma dentro del trigo’.

La noche es tan necesaria como el día y los días de tristeza son tan esenciales como los días de felicidad.

A esto se le llama entendimiento. 

Entendiendo este secreto descubrirás cuán grande es la belleza de la vida, cuanta riqueza llueve sobre tí en todo momento, dejando de sentirte miserable porque las cosas no van de acuerdo con tus deseos.

Los desafíos se presentan a diario, a veces son pequeños y a veces grandes y complicados. Los desafíos sacan a relucir lo mejor de ti, te ayuda a aprender cosas nuevas y desarrollar nuevas habilidades. Te motivará a alcanzar el mejor desempeño posible que tú podrías alcanzar.

¿Alguna vez has notado que los días en que tienes mucho trabajo por hacer, terminas concretando muchísimas cosas? Y los días en que no tienes demasiado por hacer, ¿no sientes que no has sido demasiado productivo? 

Así como tu esfuerzo aumenta para completar las tareas que tienes que terminar, de igual manera tú creces en proporción directa con los desafíos que se te presentan diariamente.

Debemos mantenernos alertas contra el desaliento¡


Cierta vez se corrió la voz que el diablo se retiraba de los negocios y vendía sus herramientas al mejor postor.

En la noche de la venta, estaban todas las herramientas dispuestas en forma que llamaran la atención, y por cierto eran un lote siniestro: odio, celos, envidia, malicia, engaño… además de todos los implementos del mal.

Pero un tanto apartado del resto, había un instrumento de forma inofensiva, muy gastado, como si hubiese sido usado muchísimas veces y cuyo precio, sin embargo, era el más alto de todos.

Alguien le preguntó al diablo cuál era el nombre de la herramienta. “Desaliento” fue la respuesta.

“¿Por qué su precio es tan alto?” le preguntaron. “Porque ese instrumento” -respondió el diablo- “me es más útil que cualquier otro; puedo entrar en la conciencia de un ser humano cuando todos los demás me fallan, y una vez adentro, por medio del desaliento, puedo hacer de esa persona lo que se me antoja. 

Esta muy gastado porque lo usó casi con todo el mundo, y como muy pocas personas saben que me pertenece, puedo abusar de él…”

El precio de desaliento era tan, pero tan alto que aun sigue siendo propiedad del diablo…

El desaliento es uno de los estados de ánimo contra el cual es indispensable fortalecerse. Nos desalentamos con la situación económica, con nuestro trabajo, con nuestra familia, con la necesidad de cambio, con los grupos de amigos, con el engaño, con la mentira, con el desamor…

Debemos mantenernos alertas contra el desaliento. Pero si hay un tropezón o una caída no hay que entregarse.

Después de cada día se empieza otra vez desde un punto más alto¡

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Hoy Yo voy a dedicar mi tiempo a orar, meditar en profundo silencio para todas las personas, familiares, amistades, conocidos... Todos los Seres de la Tierra.

Deseo con toda mi alma que en todos los corazones reine siempre la Luz radiante, la Paz y el Amor Divino.

Visualizo, veo y siento a todos los seres radiantes de Luz, plenos de Paz y llenos de Amor Divino.

Todo mi Gran Ser, mi gran y brillante Luz, mi Paz, mi Amor Divino, lo transmito, expando, irradio a todos los Seres del Mundo, que lleguen a todos sus corazones y almas.

Estoy totalmente con muy buena energía, muy buenas vibraciones, mucha Luz, mucha Paz y mucho Amor Divino para compartir desde mi profundo y especial Ser a todas las demás personas.

Hoy es un Gran día muy especial, único y maravilloso...

Hoy Yo con toda mi alma, mi espíritu, mi corazón, mi cuerpo, mi mente, agradezco a Dios y al Universo por existir, ser, estar, para poder compartir con todas las demás personas todo mi gran Potencial, mis grandes virtudes, mi gran Luz, mi gran Amor, mi gran, especial, única y divina Esencia, de todo mi profundo y Gran Ser que Yo Soy...

¡¡¡NAMASTÉ!!!.

Desarrollemos en nuestro corazón una verdadera compasión por las personas que no conocemos. 

Abramos el corazón y permitamos que todo lo bueno que tenemos, todos los tesoros que poseemos desborden y lleguen a las personas que realmente necesitan. 

Pero, principalmente desarrollemos una compasión especial por los que no conocemos. 

Porque aquellos que a nosotros nos conocen, pueden fácilmente ser consolados por nosotros; pero, los que lejos están de nosotros, no serán capaces de recibir nada, excepto buenas vibraciones. 

Y Estas energías, sí, pueden llegar hasta el otro lado del mundo, pues el alma no tiene tiempo ni espacio y su amor y compasión pueden vencer todas las barreras físicas.

¿Qué pasaría si nos organizáramos y al mismo tiempo enfrentáramos sin armas, en silencio, en multitudes, en millones de miradas la cara de los opresores, sin vivas, sin aplausos, sin sonrisas, sin palmadas en los hombros, sin cánticos partidistas, sin cánticos?

¿Qué pasaría si yo pidiese por vos que estás tan lejos, y vos por mi que estoy tan lejos, y ambos por los otros que están muy lejos y los otros por nosotros aunque estemos lejos?

¿Qué pasaría si el grito de un continente fuera el grito de todos los continentes?

¿Qué pasaría si pusiésemos el cuerpo en vez de lamentarnos?

¿Qué pasaría si rompemos las fronteras y avanzamos, y avanzamos, y avanzamos y avanzamos?

¿Qué pasaría si quemamos todas las banderas para tener solo una, la nuestra la de todos, o mejor ninguna porque no la necesitamos?

¿Qué pasaría si de pronto dejamos de ser patriotas para ser humanos?

¿No sé… me pregunto yo, qué pasaría?

"¿Qué diferencia hay entre un materialista y un espiritualista?

Para tomar una imagen muy simple les diré que el espiritualista transporta por todas partes su casa con él, mientras que el materialista no puede desplazarla.

Sí, el espiritualista, para quien los tesoros verdaderos son interiores, lleva siempre consigo su bagaje de alegría, de felicidad, de expansión, (ésta es su casa), mientras que el materialista no puede desplazarse con todo lo que posee, debe dejar la mayor parte en su sitio.

En realidad, el ser humano sólo es rico en la medida que tiene conciencia del ser.

Si el espiritualista no es consciente de su riqueza, es más pobre que todos los materialistas. Pero si aprende a expandir su conciencia, se siente en contacto con todas las almas evolucionadas del universo que le dan su ciencia, su luz y su alegría.

Y entonces, ¿qué materialista puede compararse a él? Incluso las piedras preciosas y los diamantes palidecen ante el centelleo de todos sus tesoros interiores."

El mundo está plagado de negatividad. La alegría pueda que tenga que ser perseguida.

La primera cosa que tenemos que hacer es despedir el escuchar noticias, que a menudo son tan funestas y terribles. Abandonando las noticias negativas, le da más espacio a la alegría.

Persigamos la positividad.

Esto no es para que nos preocupemos. Todas las preocupaciones son del pasado. Soltemos el pasado, ahora con la intención, dejemos correr su actual negatividad. No es necesario volver a abrir esa puerta. No es poca cosa absorber la negatividad. Nos deja cicatrices.

Al mismo tiempo, hay mucho que interpretamos como negativo y no tenemos que hacerlo.

La negatividad conlleva un gran peso. Todas las pérdidas que percibimos son un gran peso para nosotros.

Cuando nos movemos, pensemos en todo el amor y la belleza en lugar de la pérdida.

Sentir la negatividad es una sensación.

Prestemos atención con qué sentimientos nos rellenamos.

¿No se trata de enterrar la cabeza en la arena para no leer sobre la guerra por ej. Cuándo los pensamientos de la guerra desaparezcan de la mente lo suficiente, y los sentimientos de ira e indignación no estén en ellos mismos lo suficiente,

¿cómo se lucharán las guerras? ¿Cuál será su combustible?

Introduzcamos un escenario de paz en la mente, y sumaremos paz en el mundo.

La negatividad multiplica. La positividad también.

Multipliquemos lo que querramos multiplicar, y restemos lo que deseamos restar.

Agreguemos paz a nuestro corazón. Dejemos fuera a la lucha.

Abracemos la libertad en nuestros lugares.


Dios me guía, me apoya y me protege. 
Cuando enfrento un reto o incertidumbre, tomo un momento para ver más allá de lo que está ante mí. Evito pensar en lo que podría pasar y dirijo mis pensamientos a Dios. El acto mismo de acudir a Dios me brinda paz.
Al quitar mi atención del problema, me vinculo con esa presencia constante, resplandeciente, cálida y protectora que me creó. 
El amor rebosa en mí e irradia de mí.
Siento calma y serenidad. Las circunstancias vienen y van, mas el amor de Dios mora en mí todo el tiempo, y en ese amor me siento segura y a salvo.

A la larga, la vida es más sabia que nuestros apegos...

El dolor no viene de lo que ocurre, sino de aferrarse a una forma que ya no existe.

La pérdida, sólo se siente, cuando se mira para atrás no con la gratitud de haberlo vivido, sino con el miedo de sentirse perdido.

Sientes la pérdida o la confusión, no por que no tengas fuerza o inteligencia sino por que te olvidas de ellas.

Cuando la vida te quita, sólo te esta diciendo, que tú puedes construir el doble.

O, no ha sido siempre así?

Lo que pierdes, es sólo el fruto de tu capacidad de crear, es tu fuerza, la que ha generado muchos frutos.

Se gana cuando se agradece lo vivido, Cuando se recrea entusiasmo por lo que viene, Cuando se comienza pronto a caminar, Sin dar espacio al lamento o la autocompasión.

Tu vida vale más que cualquier opinión inclusive la tuya.

Disfruta tus próximos pasos.

Cuando algo desdichado ha sucedido...

Es ahí precisamente cuando debes dejarlo. Porque es desfavorable, por esa razón debes dejarlo yacer donde yace. Si algo ocurrió, ocurrió. Tú no querías que suceda, pero sucedió, y no hay forma de hacerlo volver atrás. Es bastante malo que haya sucedido, y ahora cuando lo cuentas con lujo de detalle repites el suceso una y otra vez. Si te no te gustó en primera instancia, entonces abandónalo. Ocupa tu mente con otras cosas, especialmente aquellas que te den momentos de felicidad.

Incluso cuando sucede lo que tú llamas una tragedia, no necesitas seguir pensando en ella una y otra vez. Tienes que dejarla ir. Incluso si fueras sentenciado por un crimen que no cometiste, no puedes dejar que te carcoma. No te fuerces a abandonarlo. Simplemente pon tu atención en otro lado. Hay otras cosas en que pensar.

Esto no quiere decir que evites las cuestiones. Significa que debes dejar de agravarlas.

Cuando hay muerte, o enfermedad, o incluso alguna irritación que te corroe, ten la intención de dejarla ir. Es el dolor, la lastimadura, el cuestionamiento lo que estás abandonando. 

No estás negando el evento. Simplemente decides que ya no debes seguir reconstruyendo la escena del crimen.

Si te han robado el monedero, te lo han robado. No sigues contando el dinero ya no tienes.

Si pagas demás por algo, ¿debe ese pensamiento atormentarte? La pregunta es: ¿Debes cobijar penas? ¿Hay algún valor misterioso en apuñalarte a ti mismo al revivir una escena una y otra vez? ¿Tiene que ser tan vívida en tu mente?

Si puedes olvidarte de recoger algo en la tienda, ¿no puedes olvidar aquello que te enferma? Si puedes olvidar todas las cosas que olvidas, entonces ¿por qué machacar sobre aquello que no fue agradable en primer lugar?

¿Cuál es el sentido de una amarga desilusión? La desilusión no es la medicina que tienes que tomar. No hay virtud en comer una fruta agria. Deja ir la angustia. No importa cuál es la causa, déjala ir.

Cuando estás en una habitación oscura, sabes lo suficiente como para prender la luz. No te aferras a la oscuridad para salvar tu vida. Cuando tengas oscuridad de pensamiento, haz lo mismo. Sube el interruptor. Enciende la luz, o ve a otro cuarto. No es gran cosa haber tenido bastantes sufrimiento y agravios. El sufrimiento y las irritaciones son asuntos delicados. No los mantengas en tus manos.

En tu mente, libérate de los pensamientos ensordecedores. Incluso cuando hay tormentas afuera, ¿debe haber una adentro también?

Cuando tú meditas y reflexionas sobre hechos pasados, te estancas solo. Tus propios pensamientos se vuelven un impedimento para tu crecimiento. Libérate de esta idea de que el sufrimiento es bueno, o de que te hace una persona mejor. Encuentra otras formas de ser una persona mejor. Prueba en su lugar la despreocupación. Prueba la alegría. Prueba sonreír. Trepa a un árbol y mira desde una perspectiva diferente.

Ya hay suficiente sufrimiento en este mundo errante. El mundo no necesita el tuyo. Tú no necesitas el tuyo. ¿Por qué mantenerlo entonces? A veces enrollas todos las pequeñas impertinencias e irritaciones de la vida y haces una gran madeja.

Hay algo en lo que eres bueno. ¿Qué clase de logro es ése? No requiere de gran habilidad, o, si lo hace, ya la tienes. Ahora adquiere otras habilidades, como dejar los pensamientos repetitivos detrás.