miércoles, 26 de diciembre de 2012

Desarrollemos en nuestro corazón una verdadera compasión por las personas que no conocemos. 

Abramos el corazón y permitamos que todo lo bueno que tenemos, todos los tesoros que poseemos desborden y lleguen a las personas que realmente necesitan. 

Pero, principalmente desarrollemos una compasión especial por los que no conocemos. 

Porque aquellos que a nosotros nos conocen, pueden fácilmente ser consolados por nosotros; pero, los que lejos están de nosotros, no serán capaces de recibir nada, excepto buenas vibraciones. 

Y Estas energías, sí, pueden llegar hasta el otro lado del mundo, pues el alma no tiene tiempo ni espacio y su amor y compasión pueden vencer todas las barreras físicas.

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