lunes, 30 de diciembre de 2013

COMPETIR, NO GRACIAS...


Hay vida más allá del competir, vida con mayúsculas. Hay vida sana, pura, entera más allá de ese diabólico verbo que nos ha tiranizado. Hoy ya no es cuestión sólo de "ser", hoy hemos de "ser competitivos", sino no somos, no tenemos futuro… Competir es un verbo que conjugamos muy a menudo en este mundo con exceso de individualismo. Lo mentan hasta la saciedad desde demasiadas tribunas. Insisten en que, "hoy más que nunca, en este planeta global es preciso estar despierto y así prosperar". Si es necesario incluso, que sea a costa del otro. Los adalides de este sistema invitan a marchar ligeros de principios, a dejar a un lado la carga de ética.

Sin embargo es posible el ganar todos (“win win”). Mejor no pierda nadie. Ni la Madre Tierra, ni los derechos de los trabajadores, ni quien genera el mismo producto o servicio. Es cuestión de organizarse, de repartirse, no tanto el mercado, sino la satisfacción de las verdaderas necesidades colectivas. Hay un sitio para todos/as bajo este Cielo, no sin embargo para todas las ambiciones.
Si es caso, competir sólo con nosotros mismos para poder servir más y mejor; darnos por entero sin perjuicio de nadie, persiguiendo sólo el beneficio ajeno.

Agresividad es la carta de presentación en la economía del "sálvese quien pueda". Sin embargo cansa competir, mostrar unas uñas que probablemente nos hayamos ensuciado. Queremos otro verbo, otra sintaxis más fraterna. Nos fatiga pensar constantemente en cómo ganar a quien se emplea en lo mismo. Agota explorar su punto flaco para poder dejarle fuera del juego, que no ayudarle. Hastía un mundo en que el otro es la “competencia”, no el compañero; una sociedad en la que a menudo hay más sitio para los más espabilados, los más sin prejuicios, los más hechos y bregados en esa competencia.

¿Hay algo diferente a la vuelta de esta caduca esquina? ¿Cuándo llega ese otro tiempo de más cooperar y compartir? ¿Cuándo prosperaremos con el otro? ¿Cuándo se unirán nuestros horizontes, nuestras voluntades, nuestros corazones…?
¿Cuánto tiempo pasará hasta que podamos ver en los medios sustituido el verbo "competir" por el de "colaborar"?

No es mera semántica, es una cuestión civilizacional.
¿Cuándo dejaremos de defender nuestros propios intereses, para defender cada vez más los de todos?
No, no es un simple cambio de palabras, es un salto cuántico de conciencia, es la pendiente instauración de una nueva era.

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