sábado, 28 de septiembre de 2013

El Mundo del que tanto nos quejamos no es más que el reflejo de lo que hemos sido hasta ahora.

Meditando En El Camino

Ciertamente el Mundo es un lugar donde la multiplicidad de las cosas se manifiesta permanentemente y en todos los órdenes de la vida. La belleza inconmensurable de la Naturaleza está acompañada de enormes fuerzas destructivas que moldean y renuevan al planeta permanentemente.
De la misma forma la expresión humana puede generar gran belleza o destrucción. Pero no todo es tan bueno o tan malo, entre los opuestos hay miles y miles de variantes que por lo general no se ven o no se tienen en cuenta. Por lo tanto el mundo es tan bueno o tan malo dependiendo del cristal por el cual lo observemos y ese cristal esta en el interior de cada uno.
Si observamos las cosas tal cual son entenderemos mejor el por qué y el para qué se manifiestan de esa manera. Si nos miramos tal cual somos llegaremos a comprendernos a nosotros mismos cumpliendo así con la más difícil labor que tiene el ser encarnado que es el conocimiento de sí como parte de la gran expresión divina.
El Mundo del que tanto nos quejamos no es más que el reflejo de lo que hemos sido hasta ahora.

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