miércoles, 8 de enero de 2014

Iniciamos un camino, juntos...


Iniciamos un camino, juntos, otras veces por separado, pero siempre continuamos el camino de la vida.
Cuando se inicia un camino nuevo, sentimos las expectativas de logros a cumplir, triunfos para anclar o dificultades a sortear.

En este inicio de año todos iniciamos un nuevo camino, pero cada uno lo sentirá distinto, según el trabajo previo de limpieza, ordenamiento, reciclaje y auto transformación que realizó consigo mismo.
Hay seres espirituales, que hasta ahora lograron ocultar sus zonas sombrías, esas partes aún no reconocidas como propias y con el ingreso de las nuevas energías, saltan sus Egos incontenibles, como ríos que desbordan en intolerancia, celos o envidia a la vista de todos, no pueden tapar más, ni disfrazar más sus sombras.

Si aún no se logró aceptar que la sombra forma parte de la luz y que está presente para ser iluminada, pues entonces se complica un poco el panorama espiritual.
Qué es lo que quiero significar con aceptar nuestras sombras…

Es aceptar, por ejemplo que la ira, el enojo, los celos, el orgullo o la soberbia, forman parte de nuestras respuestas ante lo que consideramos que nos hiere, nos agrede, nos incomoda.
Somos conscientes que reaccionar con ira, no forma parte de la Luz, sino de la sombra, de nuestra propia sombra.

Somos conscientes que cuando nuestro Ego se siente herido, se repliega en el orgullo y la soberbia y aunque intentemos “justificar“esas emociones como normales y lógicas del momento vivido, sabemos que finalmente nos estamos hiriendo a nosotros mismos.

Entonces… cuando nos hacemos conscientes que las emociones, pensamientos y acciones negativas, pertenecen a nuestras sombras, nos damos la oportunidad de reemplazarlas por energías de altas frecuencias y en ese instante de aceptación aprendemos a amarnos!!!!!
En nuestra ira nos herimos A NOSOTROS MISMOS!!!
En NUESTRO AMOR, NOS SANAMOS!!!

Así también se modifica nuestra visión hacia los demás, pues no aceptamos herir a los demás, por más injustos que se presenten ante nuestra vista, pues COMPRENDEMOS, que ellos están en nuestro camino, no para herirnos, sino para hacernos conscientes de nuestras propias sombras…
¿Las de ellos???? ¿Sus propias sombras??????

No es nuestro problema hacérsela notar, pues ellos, como nosotros, son los únicos y verdaderos responsables de iluminar sus sombras.
A veces intentamos sugerir al otro los puntos a iluminar, pero son pocos los que reaccionan favorablemente y si se hacen conscientes de ellas, es porque ya estaban, previamente a nuestra llegada, preparados para cambiarlas hacia la Luz.

Las sombras nos pulen, pues ellas nos hacen cometer tantos errores, hasta que finalmente reconocemos que “Nuestra Casa Interna” necesita una limpieza profunda.
Amigos, por más sabio, místico, erudito, profeta, sanador, predicador, gurú o Maestro, que se crea ser, nadie está exento de iluminar sus propias sombras…

¿Saben por qué?

Pues, todos llegamos a este Planeta para sanarnos y la única forma de sanarnos es cuando afloran las sombras, las sentimos en su profundidad y logramos comprender que no nos sirven más para avanzar en nuestro camino, pues lo único que logran es DETENERNOS!!!!!

Cuando, por ejemplo sientes celos, te haces posesivo, autoritario, miedoso, desconfiado, terminas perdiendo todo lo que amas, pues ahogas en los celos, en el miedo profundo de perder, lo que tanto amas y como respuesta a esa emoción, logras obtener, más y más dolor, más y más pérdidas.

Si realmente amas tu vida, no necesitas los celos para retener a nadie a tu lado, pues sientes paz contigo mismo, tú eres la mejor compañía, ¿el otro??????...
Si es feliz y te ama en la libertad del verdadero amor, permanecerá a tu lado, sin necesidad que lo agobies en un mar de celos, conjeturas y amenazas.

Ya no sirve largas meditaciones, o estudiar tratados de dogmas espirituales, pues todo ello forma parte de las “viejas estructuras” Somos nosotros los responsables de nuestra verdadera salvación individual!! ¿Cómo????

Haciéndonos conscientes de nuestras sombras, cuando afloran, por ejemplo, la intolerancia, iniciamos respiraciones profundas. Cuando exhalamos liberamos la energía negativa, empujada por el amor de nuestro propio corazón. Después en silencio, regresamos a nuestro Centro, en amor, paz, perdón, compasión.

En cada expiración sueltas las cargas negativas y la diluyes en el Amor Ilimitado de tú corazón.
De esta forma “reciclas tu interior” e irradias las energías amorosas de tu propio Centro.
Te aseguro que lograrás cambiar tu Interior y tu entorno, por más caótico que lo sientas.


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