martes, 17 de diciembre de 2013

Fronteras...

Fronteras...

Puedes comprar el boleto hacia un lugar muy lejano, desconocido, inhóspito o exótico.

Puedes tramitar tu pasaporte para que nada te detenga.

O tramitar una visa para ser bienvenido en otro lugar.

Puedes así cruzar todas las fronteras que separan a los países entre sí.

¡PERO hay fronteras que no tienen policías o gendarmes esperándote para controlarte... y aún así no podrás cruzar...!

¡Hay fronteras en las que no hay aduanas dispuestas a abrir tu equipaje... y aún así nada podrás llevar hasta allí...!

¿Es que acaso no trataste jamás de penetrar un corazón cerrado...?

¿Alguna vez no pretendiste escudriñar el interior de las almas de algunas personas y solo viste puertas selladas...?

¿Nunca te estrellaste con la indiferencia del que, solitario, vive su vida como si el mundo terminara a dos metros de sí... y, aislado, te niega ser tratado...?

¿Jamás te preguntaste como será traspasar el dolor de los que sufren para entrar en su reino del sufrir y caminar sus calles de la miseria y de la postergación?? ¿...Y no lograste ni siquiera imaginártelo...?

¿Me dirás que nunca intentaste mojarte bajo la misma gota de la lágrima del que llora y nunca pudiste hacer carne su tristeza en ti...?

¿Dime si no es verdad que también en tus desánimos intentaste pasar la cerca que te separaba del que reía alegremente y te diste cuenta que no hay frontera más alta que la que separa las alegrías de las tristezas profundas...? Y seguiste llorando tu llanto mientras, a lo lejos, alguien reía su alegría...

Yo alguna vez quise pasar sin pedir permiso por estas fronteras y fui una paria en país ajeno.

Alguna vez quise fingir lo que otros eran o hacían y solo fui mediocridad.

¡Hubo oportunidades en que quise hacer mías palabras que, de tanto no ser mías..., fueron extrañas, secas, estériles..., muertas...!

Y solo las hacia vivir cuando, aun conteniendo las mismas letras, nacían del alma y no de la memoria.

Miro a mi alrededor, miro a quienes me rodean y veo que muchos han delimitado sus vidas para no ser invadidos y, a la defensiva, se han aislado haciendo de sus bordes... una frontera.

Hay gentes que sufren, que están solos, que lloran, que se esconden... y yo quisiera llegar hasta cada sufrimiento, hasta cada soledad, hasta cada lágrima, hasta cada escondite. ¡Y hay tantas veces que no lo puedo conseguir...!

¡Pero hay otras ocasiones en que sí lo he logrado...!

Y esas ocasiones son aquellas en las que yo he sido Auténtica, Veraz y Confiable...

Auténtica por no fingir todo lo que siento...!

Veraz por ser exactamente lo que mis palabras dicen...!

Y Confiable por demostrar fehacientemente que soy Autentica y Veraz...!

Estos han sido mis pasaportes que me han dado las llaves de las puerta-vidas cerradas.

En ocasiones me han dado la bienvenida..., en otras me han soportado hasta conocerme. ¡Pero qué bueno ha sido estar no tanto de mi lado... y sí en el de los que me rodean...!

Así he descubierto a personas como si fueran países nuevos.

Y en sus formas de ser he encontrado paisajes de Alma que, yo, desde afuera, jamás hubiese sospechado que existían...!

Lo he recorrido y siempre me han quedado ganas de volver para conocerlos más.

Hay que atreverse a cruzar, pero no invadir... y veremos que muchos ruegan que viajeros de la Vida se atrevan a quedarse en Sus Vidas... y cuando hayamos aprendido a hacerlo, y cada vez más seguido..., estaremos traspasando, todas esas veces, más fronteras...!

¡Y que allí donde veamos una frontera veamos la invitación o el desafío a cruzar...!

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