martes, 17 de diciembre de 2013

jamás podremos huir de lo más molesto, de los deseos caprichosos que anidan dentro.

Sariputra era un discípula de Buda. Estaba junto a un lago haciendo sazen, o sea, meditando. Los peces del lago saltaban y al verlo no podía concentrarse para meditar. Entonces se retiró un poco y se puso debajo de unos árboles. Allí el canto de los pájaros le impedían también meditar. Por fín cansado y enojado con los peces y pájaros pescó los peces y cazó los pájaros y los comió. Pero se indigestó con la comida y enfermó. Entonces tampoco podía meditar.

La agitación y la distracción están más dentro que fuera. Es la mente la que salta con sus pensamientos y deseos más que los peces. Siempre encontramos excusas para dejar de hacer lo que tenemos que hacer.
Huimos, huimos de todo lo que nos molesta y desagrada de fuera. Pero
jamás podremos huir de lo más molesto, de los deseos caprichosos que anidan dentro. 

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